En la familia, el padre y el niño ya tienen una relación establecida, y desde antes de empezar a tener clases formales, le dan entrada en su relación al profesor formando un equipo, o lo que denominamos el Triángulo Suzuki, para que les guíe con el aprendizaje del instrumento y les ayude a crecer a muchos niveles.  El profesor Suzuki debe ser alguien con buen trasfondo musical, vocación pedagógica y formación en el Método Suzuki. El buen funcionamiento de este equipo, la comunicación que se establece entre todos, pone la base para una buen desarrollo de las habilidades del niño y para su crecimiento a todos los niveles de una manera equilibrada.